Trasmutación de materiales
Había quedado que llegaría a al mediodía. Salí a las 10 y me dirigí hasta el canal Saint Martin; me había dicho que, él vivía al final de estos canales; me fui caminando, bordeando el canal y deteniéndome para observar las barcazas que transitan por esta vía, viendo las esclusas y disfrutando de esa caminata.
Llegué al número 10, de la Rue de Nantes. Subí al primer piso. El me abrió la puerta; entré a un minúsculo espacio, pero noté que había una gran orden. Nos fuimos al pasado. Recordamos cuando nos conocimos, era el año 1983, él tenía 19 años; hoy, 46. Me dijo: “Yo soy autodidacta y la única persona que me ha enseñado algo, fuiste tú, de ti aprendí a trabajar la serigrafía”, y es verdad lo que me dice, así, lo tiene escrito en sus catálogos.
Y, con gran serenidad, comenzó a contarme su vida, su trayectoria y de mi parte a refrescar esos años, cuando venía a mi taller. Siempre cargaba pequeños palitos y ramitas que iba amarrando, uniendo, esa era su manera de crear, en ese entonces tenía ya una idea, o mejor dicho, comenzaba a entrar por ese mundo de objetos encontrados y durante años esa ha sido su búsqueda.
Ha vivido en diferentes lugares. Regreso un tiempo a Venezuela, expuso, participó y ganó algunos premios. Regresó a París hace siete años. Expone y trabaja en su mundo. Lo veo como un gran chaman, que conoce toda una serie de símbolos y señales que los materiales le transmiten.
Magia, búsqueda, conceptos y ecología se unen en un mundo ecléctico de elementos heteróclitos, ensamblados en un espacio perdiendo su materia para llegar a estar en una atmósfera diferente del lugar o de procedencia; varillas de fibra de carbono, madera quemadas, piedras, plásticos , con grafitos, plumas escaneadas y reales , hilos anudados, hilos de cobre, que como “un tramé” forman parte de algunas obras; tejidos de diferentes colores cuelgan formando líneas de colores, obras en relieves donde se unen para contar, no una historia, no una anécdota, sino una atmósfera de reflexión, que el gran chaman Rafael de Pool se compenetra, para hablarnos de una manera muy original de ecología, de aves desaparecidas, de ríos contaminados, de calentamiento global…el horno está caliente un pollo con condimentos de la India perfuman el pequeño ambiente pleno de materiales; pequeñas plantas adornan el espacio en medio de plumas, de cuadernos llenos de escritos, de dibujos y maquetas. Rafael es un creador dedicado al arte y se asume como artista.
Comemos acompañado de un buen vino y como sobre mesa, hablamos de recuerdos; el pasado y el presente se mezclaron en medio de tantas obras; en un ambiente de materiales trasformados por el artista; en medio de plantas reales, de hojas pintadas que se confunden con hojas reales.
Como también un sinfín de cuadernos con dibujos, que nos hablan de sus comienzos, donde la obra de Piet Mondrian, fue fuente que nutría al artista; esa obra de Mondrían con sus horizontales-verticales, fue el origen de la estructuración de su obra.
Hoy sus creaciones se enriquecen con nuevos materiales, o con plásticos de bolsas de mercado que él va colocando sobre espacios para llenarlos de magia, donde lo real y lo ficticio se unen para darnos una obra cargada de gran valor plástico… continuamos hablando eclécticamente, retomando recuerdos y añorando momentos pasados, retomando recuerdos y conceptos, texturas y una que otra piedra, una pluma virtual, la pluma real colocada sobre la madera trabajada y quemada, al lado de un pedazo de madera pintada con acrílico… y una taza de café sella este reencuentro con un artista que desde hace años ha venido uniendo amarrando , quemando y uniendo materiales diversos, porque es un artista, convertido en un gran chaman que sabe encontrar la magia y el secreto de los materiales, pero han pasado los años, desde el día que lo vi por primera vez amarrando unos palitos, este es Rafael de Pool. Nació en Caracas en el año1961, vive y trabaja, actualmente en París.
Esteban Castillo. Paris , viernes 15 de Octubre 2010
Blog realizado en Barquisimeto, Venezuela 4 de Mayo2011
